jueves, 29 de enero de 2009

INTERVENCIÒN URBANA

Intervenciòn gràfica en los dos ùltimos recorridos de la ruta del Sr. de los Milagros

dIRECCIÒN Y PRODUCCIÒN : KAREN BERNEDO
DISEÑO GRAFICO DEL AFICHE : LALO QUIROZ
EQUIPO COMPLICE : AMAPOLA PRADA, JULIA SALINAS Y RICARDO

lunes, 27 de octubre de 2008

Perú: 410 mil abortos clandestinos al año

En el Perú el aborto está prohibido e incluso se sanciona con pena de cárcel, esta práctica se ha incrementado, alcanzando los 410 mil abortos al año. siendo la tercera causa de muerte materna en el país.

El Código de Ley de Cánones de 1917 castigó el aborto con la excomunión. La legislación
canóniga revisada continúa su tradición al decretar que una persona que busca el aborto,
automáticamente (Latae Sententiae)incurre en la excomunión (Canon 1398). La excomunión
afecta a todos aquellos que cometen este crimen conociendo el castigo que conlleva y por lo
tanto, incluye a los cómplices sin cuya ayuda no habría podido ser cometido el crimen (Canon
1329).


*Una de cada siete mujeres que se someten a prácticas abortivas sufre complicaciones, por lo que tienen que ser internadas en algún hospital o centro de salud.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en América Latina y el Caribe alrededor de 3 millones 700 mil mujeres recurren a abortos ilegales, que cobra la vida de 3 mil 700 de ellas. Por cada mil mujeres en edad reproductiva, se presentan 29 abortos no seguros y por cada cien mil nacimientos se producen 30 muertes por abortos inseguros.

A mujeres y niñas que se enfrentan a embarazos capaces de segar su vida o dañarlas permanentemente se les niega un aborto legal, o ellas ni siquiera saben que tienen el derecho a procurárselo”, dijo Angela Heimburger, investigadora de Human Rights Watch en materia de derechos de las mujeres y autora del informe. “El gobierno no sólo tiene la obligación de generar conciencia sobre el derecho a abortos legales seguros, dignos y asequibles, sino también debería hacer que el acceso al procedimiento sea lo menos doloroso posible”.
Negar el acceso al aborto legal puede agravar embarazos riesgosos y ocasionar graves trastornos emocionales. Por ejemplo, M.L., casada y madre de un infante, dijo a Human Rights Watch que cuando tenía 30 semanas de gestación los médicos le informaron que el feto no sobreviviría. Ella solicitó un aborto legal, pero éste le fue denegado por esos mismos médicos en un hospital público de Lima. “Me dijeron que la ley no lo permitía, que eso no se podía hacer”, relató a Human Rights Watch. Se le practicó una cesárea de emergencia para remover el feto muerto varias semanas después, cuando su embarazo llegó a término. Como resultado de ello, M.L. sufrió depresión y, cuatro años después, todavía está tratando de recuperarse emocionalmente. “No quisiera que esto le pase a otra mujer; lo que me pasó fue horrible”.
En el Perú, al igual que ocurre en otros países, restringir el acceso a la interrupción legal del embarazo no reduce la cantidad de abortos que se realizan. La atención del aborto simplemente se torna clandestina. Las mujeres que cuentan con suficiente dinero e información pueden realizarse un aborto clandestino en circunstancias relativamente seguras. Sin embargo, para muchas mujeres y niñas pobres del país los abortos son frecuentemente inducidos por personas no calificadas ni reguladas, o incluso se lo practican ellas mismas con remedios caseros riesgosos.

“Las mujeres y niñas peruanas que tienen derecho a un aborto terapéutico nunca deberían ser empujadas a la clandestinidad u obligadas a pagar sumas exorbitantes en clínicas privadas. Estos abortos deberían estar fácilmente disponibles en el sistema de salud pública, tal como lo manda la ley”, dijo Heimburger. “Forzar a mujeres y niñas pobres, y con frecuencia analfabetas, a ponerse en manos de proveedores no capacitados conlleva riesgos graves para ellas y las familias que dejan detrás”.

CAMPAÑA POR LA DESPENALIZACION DEL ABORTO

Campaña 28 de Septiembre por la despenalización del aborto.

CARTA DE GUANABARA

(Extracto del original: http://www.campanha28set.org)

La Carta de Guanabara es un documento político generado en la reunión “Aborto en América Latina y el Caribe: derechos de las mujeres frente a la coyuntura mundial", promovida por la Campaña 28 de Septiembre del 2001, en Rió de Janeiro.

En esta carta las organizaciones firmantes enfatizan sus argumentos a favor del derecho a disidir como una expresión de la Libertad propia de las personas. Así como denunciar las acciones de grupos fundamentalistas en contra de la obtención del respeto y reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos.

Los derechos sexuales y reproductivos fueron creados y propuestos por el movimiento de mujeres, en la tarea de hacer más justa y democrática la vida social y extender la idea de igualdad y libertad de la esfera pública a la privada. Además de cuidar su ejercicio sin ser efecto de coerción o discriminación, PORQUE SON PARTE DEL EJERCICIO DE LA CIUDADANÍA.

EL DERECHO AL ABORTO ES PARTE DE LOS DERECHOS HUMANOS. Penalizarlo constituye una discriminación y es un acto de violencia contra las mujeres.

Los abortos practicados en la clandestinidad y en la ilegalidad afectan a todas las mujeres y, de manera especial, a las mujeres pobres, poniendo en riesgo su salud y su propia vida por no tener acceso a servicios seguros.

Por eso exigimos:

» La despenalización del aborto como cuestión de ciudadanía y justicia social.

» La legitimidad de las distintas razones por las que, nosotras mujeres, recurrimos a un aborto.

» El derecho a interrumpir una gestación no deseada sin ser acusadas ni señaladas como delincuentes o pecadoras.

» El respeto a la capacidad intelectual y ética de las mujeres de decidir autónomamente y de forma responsable, sobre su sexualidad y reproducción.

» Que los Estados cumplan los compromisos asumidos en las Conferencias y Convenciones de Naciones Unidas y de la OEA (Organización de Estados Americanos) porque son herramientas que contribuyen a eliminar las desigualdades sociales.

Algunas Organizaciones firmantes de la carta de Guanabara:

Redes Globales y Regionales

  • Católicas por el Derecho a Decidir / Regional América Latina
  • CLADEM - Comité Latinoamericano para la Defensa de los Derechos de la Mujer - América Latina
  • Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe - RSMLAC

Argentina

  • Católicas por el Derecho a Decidir / Argentina - Buenos Aires
  • CEDES - Área de Salud, Economía y Sociedad

Bolivia

  • CIDEM - Centro de Información y Desarrollo de la Mujer - La Paz

Brasil

  • Articulação de Mulheres Brasileiras (AMB) - Brasília/ DF

Chile

  • Foro Red de Salud y Derechos Reproductivos - Santiago

Colombia

  • CERFAMI (Centro de Recursos Integrales para La Familia) - Medellin

Costa Rica

  • AMES - Asociación de Mujeres en Salud - San José

Cuba

  • Centro de Salud Mental de Marianao

El Salvador

  • Las Dignas - San Salvador

Ecuador

  • CEPAM - Quito

España

Comisión Pro-Derecho al Aborto-Asamblea Feminista de Madrid - Madrid

ABORTO LEGAL PARA NO MORIR

Nos asiste certeza que reflexionar sobre el tema del aborto es un asunto difícil, pero prioritario, más aún cuando vivimos en sociedades y estados profundamente moralistas frente a un asunto que como éste, implica miradas integrales, contextuales, éticas y sobretodo, fundadas en el humanismo.

En el mundo y en especial en América latina, se viene haciendo eco de la vigencia de regÍmenes políticos fundados en la democracia, tenemos constituciones donde se reconoce la existencia de estados sociales y democráticos de derecho, ha renacido la esperanza de acabar con las dictaduras, de construir sociedades incluyentes y participativas, más aún, hay conciencia en los ciudadanos de que existen derechos.

Independientemente de la distancia entre el discurso formal y la praxis histórica de nuestros pueblos, es un hecho que la realidad económica, política y social que soporta América Latina y en general los países pobres en el mundo, está basada en la agudización de la injusticia, la discriminación, las violencias y sobretodo, se sustenta en relaciones de poder que excluyen, fragmentan y eliminan desde diversas formas a una enorme parte de la sociedad.

Este panorama y las diferentes coyunturas que constituyen la cotidianidad en nuestros países, nos tiene que llevar a ser concientes que el tema de los derechos humanos y en especial los de las mujeres, están inmersos en todos y cada uno de los conflictos que viven nuestras sociedades, por lo tanto, hay que colocar este tema en la agenda pública y política, en un nivel importante de discusión y decisiones que visibilicen problemáticas, que como la del aborto inseguro e ilegal viene causando miles y millones de muertes y enfermedades a nuestras mujeres.

Es el momento de entender que el fundamento de la construcción de un Estado Social y Democrático de Derecho, es el de garantizar a toda la ciudadanía condiciones de vida digna, independientemente de creencias religiosas y morales particulares o visiones políticas, de hacer realidad un proyecto de Estado Laico, tolerante e incluyente de las diferencias, un Estado que gobierne para un país, una nación, una comunidad política, no para un grupo particular, ni para una moral parcial; por el contrario, que genere las condiciones para que todas las morales puedan convivir.

La médula del Estado Laico es una ética pública, que tolere la diversidad religiosa, sexual, política, étnica, generacional, etc.; ya que el papel del Estado y de los gobernantes que lo representan, es el de someterse a las normas de derecho, no a las normas divinas, ni a complacencias afectivas o emocionales, o a valoraciones morales parciales.




Es importante aclarar cual es el carácter del Estado, con énfasis en el Estado laico, para asumir responsablemente y desde una ética pública la problemática del aborto, pues este tema es materia de reflexión de la órbita política, el cual resiste análisis de tipo ético, desde posiciones morales parciales, de ahí que no existan consensos, ni acuerdos y mucho menos visiones absolutas, por lo tanto como Católica por el Derecho a Decidir, quiero poner este asunto en el ámbito de lo político, desde una perspectiva de la salud pública, los derechos humanos fundamentales (Vida, salud, libertad, autonomía y dignidad) y la justicia social.

Es inconcebible seguir mirando el tema de la despenalización del aborto desde visiones medievales y desde argumentos de fe, que lo único que hacen es mantener relaciones injustas y vulnerar la dignidad de las mujeres que por múltiples razones se ven enfrentadas a un embarazo no deseado; lo cual en muchos de los casos, lastimosamente desemboca en la muerte de millones de mujeres que como último recurso recurren a abortos en condiciones inseguras.

Es imprescindible que los derechos, en especial los reproductivos, sean asumidos desde la laicidad del Estado, que se despenalice el aborto respondiendo a la realidad que viven las mujeres, especialmente las más pobres; es necesario que la sociedad se sensibilice frente a una problemática que demanda soluciones humanistas, ya que se ha demostrado que con la penalización y criminalización del aborto, no se resuelve el problema; en cambio con la despenalización y legalización, acompañada de procesos de educación en salud sexual y reproductiva, con amplios niveles de información y difusión sobre planificación familiar, en condiciones dignas y de calidad en la atención y acceso a los servicios de salud, es posible evitar que tantas mujeres estén muriendo en el mundo a causa de abortos inseguros.

Defender la salud y la vida de las mujeres, es una opción humana, ética y moral, es un compromiso como católicas, pues la maternidad es un acto fundamentalmente amoroso, por ello, nuestra apuesta es que los hijos e hijas que traigamos al mundo sean producto del deseo, del amor, del cariño que merecen todos los seres humanos que habitamos la faz de la tierra; porque soñar y construir sociedades justas, incluyentes y democráticas tiene que pasar por otorgarle un lugar y unas condiciones dignas a los seres que la habitamos.

Esta postura que hoy les comparto desde una moral parcial, porque soy Católica, diverge de muchos de los planteamientos que orienta la jerarquía de la iglesia católica con respecto a los derechos sexuales y reproductivos, especialmente de las mujeres, porque no aceptamos, ni comprendemos, y mucho menos legitimamos que por razones religiosas o morales, bajo el argumento del pecado y de la culpa se siga condenando a millones de mujeres a morir o a sacrificar su propia vida; no compartimos, ni aceptamos las imposiciones de una jerarquía eclesial que pretende intervenir en las decisiones del Estado desde dogmas de fe, más aún en sociedades compuestas por diversas creencias religiosas, no puede primar una visión particular; no compartimos, ni aceptamos que la jerarquía de la Iglesia católica, siga decidiendo sobre nuestros cuerpos, nuestras libertades y nuestras vidas.

Desde esta postura como mujeres católicas, valoramos y defendemos profundamente nuestra opción ética, moral y política, buscamos que se establezca un “pacto laico”, donde se determinen unas reglas de tolerancia de las diferentes opciones religiosas y donde el Estado garantice los derechos de una comunidad política general, libre de intereses particulares que se pretenden como generales, un Estado laico que respete y garantice la ejecución de políticas públicas en pro de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, donde se comprenda que la salud y la vida de éstas son cuestiones de democracia, ligadas íntimamente a la libertad, la autonomía, la dignidad y al derecho que tenemos a decidir sobre nuestro cuerpo. Estos derechos deben ser garantizados por el Estado, estas decisiones deben ser respetadas por la sociedad y nuevamente un motivo para celebrar la vida, la democracia y la libertad.

Por supuesto, no defiendo el aborto como un derecho, menos como un método de planificación. Lo deseable es que no haya abortos, que ninguna mujer tenga que pasar por esta situación, y para ello hay que prevenir, pero mientras exista una realidad injusta, excluyente y provocadora del aborto, éste no puede ser una ofensa más para las mujeres; por ello, hay que despenalizarlo y presentarlo como lo que es, un asunto de salud pública que requiere el diseño de políticas públicas para su atención.

No somos ni siquiera un proyecto de tentativa contra la vida, por el contrario, la defendemos y la damos a cuerpo lleno, con ternura, pasión y deseo desbordado.


Lea nuestros artículos de opinión sobre violencia contra la mujer, sexualidad, aborto y otros temas relacionados con la situación de la mujer en el Perú y el mundo en los siguientes diarios: La Industria de Chiclayo; El Correo de Huancayo, La República, Diario Noticias y el semanario El Búho de Arequipa.

Agradecemos el auspicio de la Fundación Ford